La banda cusqueña Tefol
es un grupo de músicos jóvenes, armados tanto de buena formación y experiencia
como de audacia. Próximamente, el 16 de agosto, Tefol presentará un
recital en el café Matu del Magisterio, que reunirá sus composiciones
más relevantes y exitosas. Cuando escuché a este grupo por primera vez, me
sorprendió la versatilidad con la que fusionaban diversos ritmos y géneros
musicales. En su música podemos encontrar improntas del rock clásico y progresivo,
con toques de blues, jazz, huayno, funk y algo de psicodelia. La unión
resultante es una brisa fresca en el panorama musical local.
El grupo se cristalizó
durante la pandemia, entre 2021 y 2022. Su núcleo son dos hermanos, Sebastián
Villafuerte Ochoa (guitarra y voz) y Juan Pablo Villafuerte Ochoa (teclado y
voz). Ambos han estudiado en el Conservatorio Nacional de Música; Sebastián,
además, pasó por la Escuela de Música de la Universidad Católica de Lima. Otros
integrantes de la banda, quienes se sumaron en distintos momentos, son Facundo
Arredondo Villafuerte (guitarra y voz), Thalía Beltrán Llanos (teclado y voz), Charly
Valdivia (violín, voz y percusión), Kevin Corazao Montesinos (batería y voz) y Jayro
Zavala Vargas (bajo). En 2024 grabaron su primer disco titulado Tefol, y
en 2025 el segundo, Tiempo Visceral.
En esta entrevista,
Sebastián, Juan Pablo, Facundo y Charly reflexionan sobre la situación de la
música emergente en Cusco, su presente y futuro.
GRF: ¿Qué los motivó a formar la banda?
Juan Pablo:
Se dio de manera orgánica, sin planificación previa. Como somos hermanos, viviendo
durante la pandemia en la misma casa, empezamos a sacar los primeros temas. Mi
hermano componía canciones desde hace mucho tiempo, y yo también empecé a
hacerlo, así se inició el grupo.
GRF: ¿Qué ha aportado
la formación musical académica a su desarrollo como músicos?
Sebastián: La
música clásica nos ha servido mucho para asimilar lo que corresponde a la
armonía. Per por otro lado, el blues nos ha sido mucho más útil para aprender
la improvisación. Aquí no se enseña a tocar blues de manera formal. Yo tuve la
suerte de tomar por cinco meses clases de blues y country cuando estuve en
Estados Unidos en 2019, pero la mayor parte de nuestro aprendizaje se dio de
manera autodidacta.
GRF: Charly, ¿cómo
llegaste a integrarte en la banda?
Charly: Cuando
me sumé al grupo, me explicaron que faltaban personas que pudieran asumir
ciertas líneas musicales, y yo seguía las instrucciones de Sebastián y Juan
Pablo, quienes son los creadores de la música. Pero lo bueno es que también hay
espacio para proponer ideas nuevas.
GRF: ¿Qué
oportunidades y espacios hay en Cusco para músicos emergentes con propuestas originales?
Juan Pablo: Es
muy difícil sacar adelante un proyecto con propuesta propia si no está diseñada
según una fórmula prefabricada para lograr éxito. Hay pocos espacios que
ofrecen a los músicos trato justo y quieren difundir la creación musical
original. Por ejemplo, el café Matu, donde vamos a tocar el día 16, es
un lugar que apuesta por algo distinto y tiene todo un programa cultural, con
cursos de dibujo, lectura de poesía y presentaciones de bandas emergentes. En
su mayoría, los lugares que se enfocan en entretenimiento, exigen que se toquen
covers conocidos. Además, en esos lugares los músicos no son el centro de la
atención, sino un elemento de fondo que ameniza la noche. Mi hermano y yo
logramos escapar de esa imposición porque, además, enseñamos música y no nos
vemos obligados a tocar en los locales del centro.
Charly:
Es importante ampliar el espectro de posibilidades y buscar nuevos aliados y
espacios. El violín, el instrumento que yo toco, está muy ligado a la música
clásica. He trabajado durante mucho tiempo en la Orquesta Sinfónica del Cusco,
pero luego decidí aprender a improvisar y a tocar sin partitura, me puse a
explorar el blues y el jazz. Y la otra alternativa loable es la enseñanza. Uno
puede moverse entre estas dos opciones, pero aun así no es fácil. Muchos siguen
creyendo que el arte debe ser gratis. Hacer música original significa empujar
el carro para cambiar esta realidad.
GRF: ¿Cuánto ayudan
las plataformas digitales y redes sociales en la difusión de la música?
Juan Pablo:
Si tuviéramos que depender de la difusión en radio o televisión, no llegaríamos
lejos. Si no fuera por las plataformas y redes sociales, no nos conocería mucha
gente. Estamos en Spotify, YouTube, Tidal, SoundCloud y Apple. También nos pueden ubicar en el
Instagram bajo el nombre Tefol, ahí publicamos todos nuestros anuncios y
novedades.
GRF: Cuéntennos un
poco sobre el concierto que van a dar este sábado 16.
Sebastián:
Será un concierto de dos horas. Vamos a presentar el segundo disco, agregándole
canciones del primero y, además, algunos temas inéditos, que no están en ningún
disco, y serán una sorpresa.
GRF: ¿Cómo ven el
futuro de Tefol en los próximos años?
Charly:
Quiero que Tefol siga creando, que continúe con su propuesta valiosa y
valiente, sobre todo teniendo en mente la coyuntura de la que hemos hablado. Con la competencia que existe ahora en el arte por parte de la inteligencia
artificial, las propuestas nuevas hechas por personas cobran un valor
adicional.
Juan Pablo:
Nos hace felices crear nuestra música y tocarla, así que quiero seguir
disfrutando del proceso. Poder juntarnos con buenos músicos y amigos es de por
sí un regalo.
Facundo:
Me gustaría ver a la banda ni muy famosa ni totalmente desconocida, pero
siempre conservando su autenticidad y siendo valorada por su talento.
Sebastián:
Me sumo a lo que dijo Facundo: ni muy famosos, ni totalmente desconocidos. Me
gustaría que el grupo tenga su nicho objetivo, un público al que verdaderamente
le guste lo que hacemos, sin caer en la trampa de la fama: todo el mundo te
conoce, pero nadie te escucha.
GRF: ¡Felicitaciones y
muchos éxitos con el concierto!
El concierto de la
banda Tefol se llevará a cabo el sábado 16 de agosto, a las 7:30 p.m.,
en el café Matu (calle David Chaparro 147, Magisterio). Precio de
entrada: 20 soles en preventa y 30 soles en puerta. Informes y preventas:
984990088 y 916332641.
Entrevista y
grabación: Guillermo Román-Flores; edición y transcripción: Vera Tyuleneva,
para Cusco Social. Fotos y música: cortesía de Tefol.