Este
novedoso libro de dos investigadores cusqueños, Óscar Cáceres Quispe y Alfredo
Quispe Camargo, se presentó el pasado 24 de julio en el Centro de Convenciones
de la Municipalidad Provincial. Su estudio saca a la luz la etapa de nuestra
historia que yace semi olvidada, pero que ha marcado un punto clave en
la transición de la monarquía a la república: el gobierno del último virrey
José de La Serna, quien estableció en el Cusco su capital. En la entrevista con
el director de Cusco Social, Guillermo Román-Flores, el historiador
Óscar Cáceres Quispe habla sobre su elección de este polémico tema y sobre los
nuevos horizontes que abre su investigación.
GRF:
Óscar, cuéntanos sobre los aspectos básicos de este trabajo.
OCQ: Es una parte de la historia del Cusco que hacía
falta contar, el momento en el que la antigua capital inca se convierte en el
epicentro de la resistencia, en este caso realista, contra el proceso
independentista. Se basa en documentos del Archivo Regional del Cusco, el
Archivo General de la Nación, la hemeroteca de la Universidad de San Antonio
Abad, además de absorber resultados de muchos debates y entrevistas.
GRF:
¿Por qué Simón Bolívar veía a las élites del Cusco, incluidas las élites
indígenas, como sus enemigos, y por qué el último virrey recibió apoyo aquí?
OCQ: No hay que olvidarnos de que el Cusco fue en
varias ocasiones el núcleo de la resistencia contra la corona española, desde
la rebelión de Manco Inca hasta los levantamientos de Tupac Amaru II, los
hermanos Angulo y Mateo Pumacahua. Y en este último tramo del proceso
independentista, tal como los documentos lo demuestran, la ciudad se volvió
realista. Pero siempre hay que recordar que no se trata de toda la población,
sino de la élite: la Real Audiencia, el Cabildo, los comerciantes adinerados,
la Iglesia. Ellos no simplemente recibieron al virrey, sino que lo invitaron
deliberadamente, como consta una carta de la Real Audiencia. Para ellos, el
hecho de que en Cusco se hubieran dado tantos levantamientos, y que todos hayan
fracasado, era la muestra del fidelismo máximo a la Corona.
Es
necesario vincular este trabajo con el libro de Donato Amado El estandarte
real y la mascapaycha. Habla de la nobleza inca que había hecho una alianza
política con los españoles y gozaba de sendos beneficios dentro del sistema
colonial. De ahí viene la actitud del Consejo de los 24 electores del alférez
real, quienes en su momento no apoyaron la rebelión de Tupac Amaru, y tampoco
se sumaron a la gesta de la Independencia.
GRF: Charles Walker en
sus trabajos habla de un “gran miedo” que se generó en Cusco a raíz de la
rebelión de Túpac Amaru. ¿Cuánto se sentía ese miedo aquí durante el gobierno
de La Serna?
OCQ:
Hay una evidencia clara de un trauma social, y también el manejo político del
miedo por parte de las clases gobernantes. Lo demuestra la extremadamente
violenta ejecución pública de Túpac Amaru y la sentencia de sus hijos menores
al encierro de por vida. Después del levantamiento de los hermanos Angulo y
Mateo Pumacahua, no solo condenaron a muerte a los líderes, sino les quitaron
propiedades a sus hijos. Encontré unas peticiones de los descendientes de
Pumacahua dirigidas a Gamarra que solicitaban pensión al gobierno, porque
vivían en pobreza.
Hay un detalle importante. En este
último período monárquico hubo reincidencias de rebeldía contra la Corona
española en la Sierra Sur, por ejemplo, el caso del guerrillero Marcelino
Carreño, quien no actuó directamente en Cusco, pero era cusqueño de origen, o
Basilio Auqui, quien antes había participado en la rebelión de los Angulo. Ellos
también fueron condenados a muerte. Así se fomentaba el temor a la represión
por rebeldía.
GRF: Otro tema
interesante es el apoyo económico que recibió la causa española en Cusco. ¿Cómo
se manejaban esos recursos?
OCQ:
Cuando el virrey se estableció en Cusco, entre las primeras medidas que tomó
fue instalar la imprenta y la Casa de la Moneda. La imprenta, porque le
permitía controlar la comunicación. Y la Casa de la Moneda para poder
subvencionar económicamente las tropas. Se hacían recaudaciones, tanto forzosas
como voluntarias, entre los comerciantes, las iglesias, que poseían grandes
cantidades de objetos de metal, y también se imponían ciertas obligaciones a los
mineros. El objetivo del virrey era monopolizar el flujo de los metales en la
región y garantizar que no se desviaran. Por eso tomaba medidas contra aquellos
mineros quienes trataban de comercializar los minerales por otras vías y a
otros destinos.
GRF: ¿Qué tan polémico
resultó este tema, que tiene tantos ángulos y matices?
OCQ:
Muchos me han increpado que la elección del tema ha sido antipatriota e incluso
anticusqueñista. Hablo de que los cusqueños recibieron al virrey con arcos de
flores y regalos, le han otorgado la vivienda más prestigiosa de la ciudad, la
casa de Pablo Mar y Tapia (que conocemos hoy como la Casona del Almirante). Los
comerciantes y la nobleza le dieron muebles y accesorios para hacer su residencia
más cómoda. Las autoridades dispusieron que se limpiara y se blanqueara la
ciudad y mejorara la iluminación nocturna. Se ordenó también que se sacaran del centro
las chicherías y las herrerías, para que no crearan “mal aspecto” y para que su
humo no ennegreciera las paredes. Todo ello para agradar al virrey. Se hicieron
fastuosas celebraciones por el cumpleaños del rey de España. Charles Walker
demostró que el mayor número de españoles con títulos se concentraba en Perú de
aquella época en dos ciudades: Lima y Cusco. Cusco en ese período se convirtió
en la ciudad más realista del continente.
GRF: Para muchos, la
filiación monárquica no era cuestión solo de ideario, sino también de beneficio
económico. Se sabe que la nobleza indígena del Cusco estaba protegida y
beneficiada económicamente por la Corona española, ¿es correcto?
OCQ:
Los caciques indígenas gobernaban y administraban considerables territorios,
muchos de ellos hoy son provincias y distritos. Por ejemplo, Túpac Amaru II era
cacique de Tungasuca, Pampamarca y Surimana, que hoy son distritos. La nobleza nativa
estaba exonerada de tributos y podía usar insignias reales. Algunos tenían
escudos nobiliarios. Estaba reglamentado quiénes podían usar entre sus emblemas
la mascapaycha. El noble que era elegido alférez real tenía un lugar privilegiado
en la procesión del Corpus Christi, lo cual se consideraba un alto honor. La
elección del alférez real era materia de una compleja negociación política. Y
formar parte de esta aristocracia inca significaba inevitablemente ser un
fidelista de la Corona española.
Para finalizar, quisiera agregar
lo siguiente. Durante el gobierno de La Serna la Independencia peruana
peligraba en varios momentos. Los realistas ganaron las batallas de Ica, de
Torata y de Moquegua. Cuando ocurrió el cambio con las batallas de Junín y
Ayacucho, se hizo claro que el Cusco se quedaba como el último bastión de la
monarquía, y por eso era importante lanzar la proclama final de la
Independencia aquí, lo cual fue hecho por Agustín Gamarra el 9 de enero de 2025.
Dado que me han criticado mucho
por haber reflejado en este libro la posición realista, ahora quiero adelantar que
estoy trabajando la versión patriota del mismo proceso, con Agustín Gamarra y
Antonio José de Sucre como personajes principales. Ellos fueron los que movilizaron
a los sectores más humildes de la población.
GRF: Gamarra era un
personaje de una capacidad política extraordinaria.
OCQ:
Sí, amaba el Cusco y luchó hasta el final por recuperar su antigua importancia
que tenía en la época de los incas. Los avances de esta nueva investigación
aparecerán primero en formato de artículos. Así voy a contrarrestar las
críticas y mostrar esta otra perspectiva de la Independencia cusqueña, el otro
lado de la historia.
GRF: ¿Dónde los
lectores cusqueños pueden comprar tu libro El último virrey del Perú y la
independencia del Cusco 1821-1825?
OCQ:
Está en la librería Genesis (esquina de las calles Santa Catalina Ancha
y Angosta, cerca de la Plaza de Armas), y también lo pueden adquirir
directamente contactándonos a los autores, a los siguientes números: Oscar Cáceres +51 944163574; y Alfredo Quispe +51 942797525.
Entrevista, grabación
y fotos: Guillermo Román-Flores; edición: Vera Tyuleneva, para Cusco Social.